Juan P. nos hace llegar una crítica a fondo del disco… Al principio parece muy técnica, pero enseguida puede la música. Muchas gracias 😉
La primera vez que escuché el disco fue en el coche mientras volvía de viaje ayer, yo solo con el volumen alto, con lo bien que suena ese equipo. Después en la oficina con los Etymotic ER4P a traves de un amplificador Fiio E10 y luego por la noche con los Beyerdynamic DT770 PRO a través de la interface Steinberg UR22 MKII que compré hace unos meses.
El problema es que dejé de prestar atención al sonido porque musicalmente me gustó tanto, sobretodo algunos temas, que estoy intentando no escucharlo en bucle para no quemarlo.
Pero bueno, en lo que respecta al sonido, ya que usé tres equipos, por poner algo, mi percepción fue:
En el coche suena muy gordo aunque quizá la voz de Yoli mejoraría recortándole cosas (frecuencias), en ocasiones parece ocupar demasiado espacio y estar demasiado presente. Pero, claro, es el coche. Ahí influye hasta lo taponados que tengas los oídos al subir los puertos (se te desaparecen los graves). Lo escuché por el Pajares, así que seguro que en otra escucha ya no lo percibiré tan así.
Con los Etys ER4P y toda esa definición que tienen, que no se lleva muy bien con el rock, se escuchan todos los platillos de la batería limpios, las voces bastante presentes y los bajos hay que tener el oído muy amaestrado o ecualizar para escucharlos, pero es que son así, muy analíticos y planos. Pasa con todas las producciones. Revelan una mezcla muy equilibrada donde se oye todo en la justa medida en que se grabó. Con unos graves en un nivel apto para que luego todo el mundo los suba, lo cual es la masterización correcta. Así que muy bien. Si en los Etymotic suenan graves muy presentes, es que está mal mezclado.
Con los Beyers es como «mejor» se escucha. Son unos cascos muy coloreados, tienen graves muy profundos, en agudos llegan muy arriba (no tanto como los Etys), y los medios los reproduce bastante contenidos. La clásica ecualización en V con la que la mayoría de gente escucha las cosas y que normalmente se percibe en las PA. Aquí la voz de Yoli está perfectamente en su sitio y el resto de cosas se escuchan todas, incluso cuando hay tanto wall of sound como en el final de Celluloid.
Pero como dije, esto del sonido da un poco igual porque las canciones son buenísimas, especialmente algunas. Teniendo en cuenta que no logro escuchar más de 1 minuto seguido de, por ejemplo, Muse, no sé que valor tendrá esta opinión, si negativa o positiva, pero hubo momentos realmente mágicos mientras lo escuchaba y conducía, hasta tal punto que, debido a que este estilo Alternative Rock no es «lo mío», me imaginaba a veces cómo quedarían en una forma más pop o incluso algo tipo Henry Saiz.
El primer tema que me impactó fue «Celluloid», con esa segunda parte épica. Esa progresión de acordes me suena de algo, aunque no se de qué, quizá de algún clásico, pero funciona increíble. Muy emocionante, tuve una especie de momento de éxtasis entre la carretera y esa progresión que muy pocas veces ocurre. De hecho, me pareció que duraba diez minutos y no quería que acabara.
Sorprendentemente, cuando la escuché por segunda vez al día siguiente por la mañana, esa misma parte me pareció super corta, así que a saber qué especie de concentración hipnótica estaría viviendo en la carretera para percibirla de aquella manera, como a cámara lenta…
“43 Sunsets” estaba bien, pero es que “Desert Song” la supera con creces. Es una canción redonda. Muy mal tiene que estar la industria para que alguien no se fije en ella, aunque sea en Radio 3. Cuando canta las partes que no son estribillo es una pasada. Recuerda a Alan Parsons de alguna manera. Luego pasa a un estribillo que podría firmarlo cualquiera de los clásicos.
“Look Away” a sus 102 bpm es quizá la única que se podría imaginar en formato más POP. Desde luego el estribillo ya casi lo es. Es la continuación ideal para “Desert Song” y prácticamente la iguala.
La 8, «Lay all you love…», fue una gran sorpresa. Como en el coche no salen los títulos, mientras estaba sonando pensaba, «esto me recuerda a algo». Claro, con esos arreglos tan retorcidos respecto de la original, al principio cuesta identificarla. Pero a medida que va avanzando, esos arreglos parece ser que van ciñéndose más a los originales, para terminar absolutamente épica y espectacular. Esto tiene que gustarles a los de jenesaispop.com. (Por cierto, genial el toque dubstep en 3:27).
El hidden track es brutal. Además lo descubrí «a la antigua» porque estaba escuchándolo en el coche, con el CD físico metido en el cargador de la guantera, y cuando terminó la 12, y vi que no paraba ya pensé «espera que aquí hay algo» (normalmente ya no hay sorpresa porque al escucharlo en MP3 ya ves en la barra de progreso que aún queda bastante para terminar). Pero seguí escuchando a ver qué pasaba. Contaba con algún acústico de alguna de las canciones. Con el ruido del coche no se apreciaba bien que ahí había algo más que silencio. Pero empiezan a subir poco a poco los efectos de lluvia, después bastante rato de bitcrushing de ello, que va subiendo hasta que talmente parece que hay un error en la transmisión digital de audio (o un hit para los aficionados al «noise», con esas canciones que tienen de 20 minutos que suenan igual que esa parte) y luego el título del disco perfectamente fundido con el efecto. Magistral.
En fin, el resto están en la línea. “Goodbye” es la continuación perfecta de “Celluloid”, The Fly es la rareza que no debe faltar en un disco, “The Mountain” es el final ideal. “See thy Blood” super potente, como las dos primeras. No soy muy experto en guitarras, pero me parecen insuperables. Los toques de electrónica, en su justa medida, las líneas de bajo como deben ser y la batería imponente, no sobra ni falta un golpe. Con los Etymotic es un espectáculo escuchar esa cantidad de platillos tan cristalinos.
Bueno, pues de momento es lo que hay. Espero no escucharlo mucho para no quemarlo.